La
pérdida de la
estructura dental por el proceso de la
caries ha
sido un inconveniente que sufre la humanidad desde épocas remotas. Con el paso
de los años se han desarrollado técnicas que permiten la
reposición de
los dientes perdidos o la restitución de la
estructura dental destruida
por grandes
caries.
Inicialmente, los dientes eran cubiertos con diferentes tipos de metales. Para
algunas culturas el uso de metales preciosos sobre sus
dientes era
un signo de riqueza y de superioridad. Estas costumbres fueron mermando y se
comenzó a buscar un material que pudiera imitar de la forma más natural al
diente.
Tras diferentes tipos de restauraciones, las
coronas protésicas se
convirtieron en el
tratamiento dental de elección para
rehabilitar estos dientes dañados. Por mucho tiempo se utilizaron
coronas
protésicas confeccionadas con metal-porcelana, de hecho, aún se siguen
utilizando en algunos casos.